domingo, 6 de septiembre de 2020

Horarios descompuestos

Otra noche que no vienes a mis sábanas, 
que eludes mis abrazos y mis besos, 
que sin querer, o queriendo, ignoras
todos mis requerimientos por tenerte. 

Que llevo ya muchos días esperándote, 
siempre a tu hora y nunca llegas, 
y me dejas sin mensaje, sin letras, 
a minutos de ir a buscarte en otros brazos. 

Y es que por ti tengo horarios descompuestos, 
trastornos transitorios de ansiedades, 
que descorazan mi pecho al descubierto, 
que hacen que de locura caiga cada noche. 

Ya no me abrazas, ni me besas, ni me guiñas
(ya son tantos los años esquivándonos en soledad), 
que no recuerdo las noches calmas, 
solo en las que dormí a la vera de otro cuerpo. 

Y añoro, ahora, ese cuerpo, para que no me esquives, 
para que no descompongas mi horario, 
para rozar esa dulce piel, esos lunares, 
el hipnótico vaivén de esos labios al hablar. 

Añoranzas de horarios tan compuestos como tu, 
añoranzas de unos labios al besar
o unas caderas al moverse, o unos ojos al mirar, 
o un Morfeo que jamás a la cama viene. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario