viernes, 1 de agosto de 2014

Mi estrella polar

Estas brillando allá en lo alto,
lejos, inalcanzable, intocable,
más lejos de lo que yo pensaba,
pero brillando con tanta fuerza,
independiente, blanca, guiando,
siempre en la dirección correcta.

No quiero esconderte, mi estrella,
mi sol, ni lucero del alba,
quiero que todo el mundo vea
el resplandor de tu sonrisa,
los luceros que son tus ojos,
esos faros, esa risa de la mirada.

Y tienes una luz propia, como cada estrella,
una luz que mereces que la gente conozca,
una luz que llena tanto como esperaba que hicieras,
una vía láctea de sensaciones, de besos,
una entre millones de estrellas, la más brillante,
la estrella Polar de mi mundo y el tuyo.

A veces te oscureces, estrella,
desapareces entre las nubes,
pero sé que detrás sigues tú, distante,
pero sigues brillando aunque no te vea,
aunque no oiga el murmullo de tu luz,
aunque no pueda leer el mapa de tu falda,
no pueda intuir la respiración de tu inmensidad,
aunque avecines una gran tormenta.

Pero me gustas tal cual eres,
con tu brillo y tu oscuridad,
con lo bueno y lo malo,
con esa independencia que te brilla,
con esas ganas de lucharnos a besos,
con esos arrebatos que descolocan,
con las sonrisas y las muecas,
con todo eso te amo, mi lucero.

Súbeme más noches al cielo
y yo te bajo cada vez una estrella,
me gusta mi estrella polar,
aunque a veces no te sienta.


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