jueves, 21 de marzo de 2024

Fuiste

Fuiste el cielo abierto en la tormenta,
Fuiste la calma en mi noche más oscura,
Fuiste el aliento, una palabra, una sorpresa,
Fuiste el inicio de un camino confidente,
Fuiste amiga, cómplice, el misterio de quién eres,
Fuiste mi caja de los secretos, mi subconsciente.

Fuiste mi estrella rutilante cada noche,
Fuiste mis besos, mis caricias, mis deseos,
Fuiste la mano que me lleva sin reproches,
Fuiste el sueño de unos bailes y el descanso,
Fuiste el suspiro, el gemido y el orgasmo,
Fuiste quién de sorpresa me ganó.

Deberías haber sido lo que tanto anhele con otras,
Deberías haber sido mi sustento en las horas bajas,
Deberías haber sido mi mejor crítica, mi fan número uno,
Deberías haber sido mi aliento, el despertar en cada mañana,
Deberías haber sido mi mejor poema, mi musa salida de la nada,
Deberías haber sido mi mujer, quien me dijera siendo viejos que me amas.





Febrero

Hoy fingiré que tú no existes,
que nunca hubo el murmullo
de los olas en mis rocas,
que nunca soplaron
mis vientos en tu cabello,
que nunca te llevé
al cielo con mis alas

Hoy fingiré que has desaparecido
y que soy el último hombre en la tierra,
que tengo todo un universo para darte
y jamás te lo daré,
jamás volveré a rozar tu piel
ni a sentir tu mirada,
ni a oler las flores de tu pelo.

Hoy fingiré que te has ido
en mi cabeza, en mis dedos,
que has dinamitado el búnker
y me has encerrado dentro
sin salidas, sin resuellos,
agotando para siempre
el roce de tu cuerpo por tus miedos.

Hoy fingiré que ya no existes,
y si tengo éxito, quizás me pierdas
al fin, de vista y de hecho,
al fin libre, de mi, de ti, de tus putos miedos.



Viajeros

Errante equipaje,
mochilas cargadas de sueños,
piedras que lastran los caminos
y traban mis pasos polvorientos.

Oscuras brisas, cierzos,
desmelenan tus castaños cabellos,
y me ahogan, me sucumben,
me sumen en un duro invierno.

Porque ya no te veo, no hay futuro,
se ha desvanecido hace tiempo
y aunque lo sigo buscando
sé que no hay más misterios.

Y es por eso que me hundo
con todo mi equipaje y miedo
y no sé cómo soltar el lastre
que me lleva, inexorable, a los infiernos.




Al otro lado

Miro a lo lejos por el hueco de mi pared
y ya no veo aquellos nubarrones grises,
ya me dan igual las aguas, los fríos,
las tormentas, o los días soleados 

Miro al horizonte y ya no hay imágenes,
ni volúmenes, ni colores, ni miedo, ni esperanza,
ni ganas de encontrarlas, ni intentos siquiera,
ya se ha parado el corazón, a penas vivo a impulsos.





No tenernos

Estoy perdido, angustiado,
cerrando ventanas sin cristales,
agitando mis pensamientos,
demasiado centrado en mi ceguera,
regodeándose en mi mierda,
mis despojos de tu paso.

Escondido ya a tus luces,
con los ojos cerrados de miedo
y rabia, y frustración y desaliento,
ya no albergo esperanzas de tus brazos
ni de tus ojos, ni de tus labios,
ni que decir del sexo o del amor,
ya lo perdí todo contigo,
solo me queda la amistad
y hasta eso parece que ha desaparecido
entre mis manos como arena de playa.

He barajado la opción de alejarme,
de desaparecer un tiempo o siempre,
pero solo me atrevo a no hablarte 
solo un tiempo, hasta que das luz
y me preguntas como va todo.
Necesito saber qué es no tenerte,
saber en verdad lo que es echarte de menos.



Reflexión

 Debo dejarte ir porque no quieres quedarte, y no puedo permitirme que intentes volver




Perdido pasando el capitulo

Estoy intentando cerrar mi capítulo,

coger mis maletas,

huir de ti entre la niebla,

estoy intentando cerrar este capítulo

que ya sé que no lleva a nada,

que me está destrozando

mientras observo como desapareces

cada día más, cada noche más,

cómo me siento apartado de ti.

Estoy intentando cerrar otro capitulo

porque noto que ya no estamos, 

no somos, no podemos, no queremos,

la sintonía está desapareciendo,

nos estamos esfumando en la niebla,

poniéndonos barreras cada vez más altas.


Ya no nos miramos como antaño,

a veces me sentía utilizado,

un cacharro más en tu trastero,

el tonto útil de tu vida,

un segundo plato cuando no quieres comer,

el cero a la izquierda de tus ecuaciones,

invisible, apresado, escondido,

a quien acudes cuando te cierran

pero al que cierras cualquier puerta.


Me siento así, perdido ahora mismo,

intentando cerrar este capítulo

que no me deja avanzar en mis escritos,

buscando sin frutos un futuro

que ya sé que no está a tu lado,

ni a tu sombra, ni en tus brazos.


Dejemos ya de engañarnos,

vamos a enterarnos, 

hemos muerto el uno para el otro.




domingo, 21 de marzo de 2021

Dia Mundial de la Poesía

 

Hace años que te conocí,
me deslumbraron esos ojos,
a veces traías enojos,
a veces vestías carmesí.
 
Eran tus labios de rubí,
y se metían en mis pensamientos,
venías como amiga en tristes momentos,
y día a día me enamoré de ti.
 
Estabas en mis alegrías , mis anhelos,
en mis esperanzas, a veces vanas,
en mis sonrisas, en mis sueños,
estabas hasta cuando yo no estaba.
 
Estabas en mis amores, en sus labios,
pero sobre todo en los desamores, desengaños,
fluías por mí como lava y como lágrima,
salías de mi en las líneas erráticas y torcidas.
 
Estabas en los momento tristes de una madre,
en las alegrías de una boda, en el pellizco de los entierros,
en el llanto y la risa, en la primavera,
en el cantar de los canarios y el aletear de una paloma.
 
Estabas en el mar, en cada viaje,
en los acantilados de Galicia allí estabas,
estabas rompiendo esquinas, desmoronando mundos
y sobre todo estabas en la rosa y en sus espinas.
 
Estuviste en las noches de luz
y le diste a gente mil noches más,
en los bailes, las caricias y los sueños,
en los celos, los errores, en un Adiós.
 
Estuviste en mi muerte y resurrección,
en los sueños de este poeta loco,
en los carnavales, los cartones, los desesperos,
arropando mis despropósitos, silenciando miedos.
 
Fuiste mi apoyo, mi descarga, mi sosiego,
fuiste un sinfín de miedos y verdades,
motivo de enojos, fuente de cielos,
fuiste tu quien me quiso y yo me dejo.
 
Fuiste tu Lorca, Alberti, Machado, Mistral,
Rosalía, Lope, Alexandre, Neruda, Benedetti,
Góngora y Quevedo, Espronceda y Bécquer,
Juan Ramón Jiménez, Miguel Hernández, Blas de Otero.
 
Fuiste  y eres más que nunca mi vehículo,
fuiste la lluvia, la flor y el fruto,
fuiste mi hoja en blanco y mi tinta,
fuiste tú quien me buscaste y yo me quiero.
 
Fuiste tu quien me amaste y yo me muero.



 

sábado, 27 de febrero de 2021

El rincón donde ya nunca traje a nadie

El rincón, el lugar
donde tantas veces hablamos, 
donde tantas veces reímos, 
donde tantas veces nos amamos, 

donde alguna vez lloramos también, 
donde pasábamos frescos la primavera, 
donde tus labios me sabían a azúcar, 
una gominola, un elixir de vida. 

Este rincón, que siempre fue nuestro, 
donde pasamos noches de alcohol, 
donde te sentaste sobre mis piernas, 
donde te abracé, te miré, te quise. 

El rincón donde pasaste tus faldas, 
donde te contorneaste para mi, 
donde sacaste fuego y llama, 
donde sentimos la fría piedra

y el cálido alivio de unas manos, 
de unos labios, de una mirada en silencio, 
donde impusimos los deseos a los libros, 
donde empezó también una guerra silenciosa. 

El rincón donde perdí la fe y la cordura, 
donde juré jamás perder una amistad, 
donde me crecí, cambié, transforme al poeta, 
donde regué la siembra por recoger. 

El huerto, este rincón amplio, 
donde sólo estuve contigo, con tus rizos dorados, 
donde aprendí que a veces callar
es mejor que decir mil veces Te Quiero. 



Mi centro

Mis pies se clavan otra vez en tus piedras,
haciendo mis surcos por tus calles, 
como antaño, como siempre ha sido, 
calles y lugares cargados de silencio hoy, 
cargados de las risas, de los susurros, 
de cada confidencia, cada amor, cada ocaso, 
humedecidas por la lluvia, y la lágrima, 
donde saboreo mi silencio, mi centro. 

Esos lugares que ya nadie ve, ocultos, 
aquellos por donde los guías nunca van, 
esas tus callejuelas, tus recovecos, tus poyetes, 
a la sombra de un ciprés o un olmo antiguo, 
o una estatua que ya nadie recuerda, 
o las placas a los poetas que nunca fueron, 
o los bancos y las cruces de salvaguarda, 
o la cruceta de clavos y espinas de un convento. 

Este rincón, uno de los míos, mi remanso, 
donde nunca traje a nadie, que no muestro, 
mi oasis, mi paraíso en esta ciudad, 
con sus setos, sus cipreses, su airada calma, 
su sol del fin del invierno, mi infierno, 
aquí donde estudié, leí, soñé, escribí y amé
siempre en solitario, con el sonido de los pájaros
y el lejano murmullo de estudiantes atareados. 

Hoy vine a buscar más paz, más centro, 
más recordar quien fuí y quien soñé ser, 
más para saber a donde me dirijo, mis sueños, 
para seguir en mi centro, en recuperar lo que soy
después de desviarme en los laberintos
y tropezar con los muros que yo me puse, 
después de romperme, como rompía las esquinas
y tener que recogerme, otra vez, para ser yo. 

Otra vez aquí, esto ya es un cambio, 
preludio de una ópera prima, de un salto, 
de un no parar, de un no claudicar, 
de no pasar más tiempo en el pasado, 
de mirar al futuro, el mio, el nuestro, 
con paciencia, paso a paso, atrevernos, 
salir de la cárcel de los pensamientos,
ser yo, nosotros, rodeados de piedras y miedos.