Miro a lo lejos por el hueco de mi pared
y ya no veo aquellos nubarrones grises,
ya me dan igual las aguas, los fríos,
las tormentas, o los días soleados
Miro al horizonte y ya no hay imágenes,
ni volúmenes, ni colores, ni miedo, ni esperanza,
ni ganas de encontrarlas, ni intentos siquiera,
ya se ha parado el corazón, a penas vivo a impulsos.
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