Vuelve esa sensación de querer en la distancia,
de sonreír a una pantalla inerte
y de reírse a solas en el silencio
mientras lees su absurdo humor.
De volver a volcar quien eres
de volver a sacar y desempolvar
lo que lleva casi cuatro años en el desván
esperando a quien lo merezca de verdad.
Y ahora, como hace cuatro años,
a vuelto a aparece quien lo merezca,
la luz que lo ha cegado todo en un día,
la que abrió las puertas de la casa de par en par.
Tocarán más corazas, y muchos muros,
infinitos laberintos unos dentro de otros,
inseguridades, miedos, fatigas, rabietas,
romper a golpe de encanto cada rincón.
Da vértigo volver a hacerlo, a que te partan,
da miedo saltar al vació sin alas,
da tanto miedo que te hace recular a cada palabra,
pero el final del camino es lo que nos hace avanzar.
Y sé que este final merecerá la pena,
aunque gaste muchas fuerzas en ello, otra vez,
volverá a merecerme la pena siempre,
aunque me destrocen sus inseguridades,
aunque me arañen sus mochilas de pasado,
aunque ella no tenga esas alas para suspenderse,
aunque a veces me falten las fuerzas,
aunque haya roto ya todos los espejos,
aunque Asco haga acto de aparición,
aunque un día todo se vuelva a llenar de silencio
para alejarme de la misma forma,
todo merecerá la pena por hacerla sonreír
y verla de nuevo feliz y sin preocupaciones.
Después de cuatro años, quién me lo iba a decir,
que todo volvería a ser tan igual.
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