sábado, 30 de diciembre de 2017

Pensandote

Cuando te vienes a mi cabeza
entras atropellándolo todo,
destrozando barreras, muros,
setos, saltando desniveles,
todas mis protecciones caen
y me quedo sin nada en la cabeza .

Me cruzo de brazos para no abrazarte,
cierro mi boca para no hablarte,
pero sobre todo no besarte,
hago el esfuerzo de no mirarte,
para no echarte de menos y no pensarte,
escurro el bulto, salto al vacío sin red,
me escondo tras los jarales,
esquivo a la carrera tus miradas,
pongo una distancia que no quiero poner,
dejo de respirar para no darte aire,
me emociono cuando me sonríes
y entonces me derrumbas y no te evito,
no quiero evitarte nunca más,
no puedo evitar pensar en ti.
Consigues sacarme de mi calma
con sólo pensar tu nombre, tu voz,
con sólo pensarte abrazada,
sonriéndole a la nada, sonrisas perdidas,
sacándome espinitas del alma.

Pero cierro la espita del gas,
estoy cambiando mi cocina de butano,
por una vitrocerámica de inducción,
mas regulable, menos intensa,
mas rentable, menos explosiva,
para que aunque no pueda evitar pensarte,
al menos no me encienda en mil llamas,
esas llamas que a ti no te queman,
las llamas en las que te agobiaste.







Allá por 2014 que lo escribí

Eres tan parecida a ti

Eres tan parecida a mi recuerdo,
a esa sensación que tenía
cuando en la noche la hablaba,
a esos momentos de entendernos,
de dejarnos llevar por ese humor
que tan pocos entendemos.

Eres tan parecida a ella, pero sin sus alas,
sin esos vuelos nocturnos, ni esa rabia,
pero aun así me recuerdas tanto a ti,
me recuerdas tanto cada sensación
de la que me enamoré hace ya tantos años.

Eres tan parecida a ti, en tantos gustos,
palabras, expresiones, guiños,
que andas rompiéndome cinturas,
saltándome resortes entre los vagones
de este tren de mercancías sin frenos.

Sacaste a relucir esta parte de mi, dormida,
este humor, esta sonrisa, esto de estar
hasta la madrugada escribiendo de nuevo,
contigo pero sin ti, abriendo este nuevo libro.

Y me dices que no me convienes,
eso para mi no es un freno, es un reto,
me recuerdas tantas cosas,
que tienes un carácter de mierda,
también lo he oído, no es impedimento.

Eres tan parecida a ti, pero tan única,
que has hecho que la espita vuelva a prender.
Dame un punto de inflexión, una palanca
y removeré todo tu mundo...

A veces todo consiste en estar con tu corazón parado en el momento y lugar indicado, y encontrarte quien con una palabra a modo de desfibrilador te haga volver a arrancar la sonrisa.

Casa de aldea (José María Tirado)