Pasan por mi mente imágenes de estos días,
imágenes irreales, difuminadas, difusas,
entremezcladas en gran parte contigo, sin ti,
sacadas de contextos profundos del alma.
El tiempo ya no es tiempo en mi cabeza,
no sé ya dónde puse los pies o las manos,
dónde empieza una caricia y acaba un beso,
allá donde nuestra piel se fundió en una.
Es tan irreal hoy lo que mi mente alberga
que creo que sólo busca desconectarte un tiempo,
porque sigo albergándote ahí, refugiada,
desahuciada del tiempo y mi realidad.
No voy a necesitar más este lugar para decirte,
para lanzarte una directa indirecta,
el tiempo nos pondrá en nuestro sitio
si nos amamos, o si sólo fue un espejismo.
Marcharé a escribir a otro lugar,
un lugar secreto, tan oculto que no lo encuentres,
tan mio que ni yo mismo lo sepa buscar,
tan visceral, tan irreal, tan sin tiempo...
Los sentimiento siguen ahí, y seguirán,
no los voy a desgarrar del pecho,
como digo, el tiempo nos dirá si nos merecemos,
el tiempo dirá si somos realidad o sólo fuimos sueño.
Sacare de la ecuación a terceros,
vaciaré el tarro de recuerdos para generar nuevos,
el primero fue el de ayer, las palabras,
los silencios, las miradas, las conclusiones.
No nos acerquemos salvo que sea nuestro deseo,
no nos huyamos más veces al silencio,
no nos abracemos o besemos si no lo pide el cuerpo,
dejemos atrás los miedos, y vivamos algo nuestro.
Sólo una pincelada a tiempo,
esta irrealidad sólo es nuestra,
de nadie más, sin nadie dentro,
sólo estar a gusto hasta en silencio.
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