Mi cabeza no asimila,
no consigue conectar
los cables, enmarañados
ya de tantas vueltas
y tantos giros,
acumulados en una madeja
que me esta haciendo bola
en la boca del estomago,
junto con las mariposas
que se revolucionan al verte.
Tú tan distante, tan intocable,
yo tan frío, tan distraído,
tú tan cerca y a la vez tan lejos,
yo tan lejos y a la vez tan cerca,
puro hielo es este muro
que nos separa y nos retiene.
no consigue conectar
los cables, enmarañados
ya de tantas vueltas
y tantos giros,
acumulados en una madeja
que me esta haciendo bola
en la boca del estomago,
junto con las mariposas
que se revolucionan al verte.
Tú tan distante, tan intocable,
yo tan frío, tan distraído,
tú tan cerca y a la vez tan lejos,
yo tan lejos y a la vez tan cerca,
puro hielo es este muro
que nos separa y nos retiene.
Pero es juntar nuestras manos,
cruzarse nuestros ojos a solas,
sacar nuestras sonrisas,
pegarse nuestros cuerpos,
sentir tu respiración,
que vuelve a mi el verano,
por mucho que me empeñe
en ser el iceberg solitario
cruzando los trópicos,
ahí estas tu, con tus caderas,
con tu piel, con tu nuca,
con tu espalda y tus brazos
recordándome que hay verano,
que no todo está perdido,
clavándome los dedos hasta el alma,
sacando partido de mi debilidad,
usando mis piernas y mis brazos
para volar otro ratito más.
¿Por qué no lo dejamos,
otra vez, en dulce primavera?
se desenredaría la madeja
que me hace la bola,
que me obliga a no volarte a las alturas,
a negarte estar en la soledad
de un espacio lleno de gente,
que me obliga a no expresarte
tal y como te siento,
a no hablarte y decirte
tantas cosas que tengo en la cabeza,
tanta historia, tanta risa,
tanta felicidad y tanta tristeza,
que quiero que compartas mi felicidad.
Pero hay mas madejas...
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