Siento a mi alredor el batir de tus alas,
esas con las que me haces volar
cada vez que bailo contigo,
esas que me protegen,
y me dan calor frente al frío,
y rompen la coraza
de la que me defendí del enemigo.
Y es que cuando bailo contigo
volamos con tus alas
y nos convertimos en un cuerpo
en solo un latido,
en una sola respiración
que noto en mi cuello
y me recorre en escalofríos.
Cuando bailo contigo
me siento capaz de todo,
te lo daría todo,
lo mereces todo, mi infinito,
mi perfume, mi palpitar,
mi susurro anhelante
junto a tu oído.
Cuando bailamos juntos,
nos fundimos en abrazos y caricias
en tu pelo, en mi pelo,
en tu espalda, en tus brazos,
hacemos que pare el tiempo,
unos instantes, para estar unidos,
detenemos del reloj el latido.
Porque cuando bailamos juntos
ya no hay espacio que nos detenga
ni suelo, ni paredes, ni muros,
sólo nosotros al son de la música,
sólo nuestros ojos cerrados
y el sudor de nuestra frente,
solos en nuestro sitio.
Y que cuando sueño contigo,
como esta noche de Abril,
eres como la luz del alba
en la oscuridad de mi noche,
el susurro que me dice:
anímame a seguir, tengo miedo,
pero aun así quédate conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario