domingo, 13 de julio de 2014

Conclusiones II

Pienso, en ti, sí, llevo meses, y hago fuerzas,
fuerzas de dentro a fuera para no hablarte,
para no darte la mano y sacarte del mundo,
para no escribirte cada noche mil besos.

Me cuesta mucho y a pesar de ello
he hecho propósito de no hacerlo
aunque esto me duele más de lo que piensas,
pero me mantengo tranquilo en mi iceberg.

Hice resolución de no esperarte y ahí queda, es así,
no esperaré, porque lo merecemos, no es el momento,
quizás mas adelante, quizás nunca, no lo sé,
pero hoy, ahora, no es el momento de juntar nuestros "yo".

Y es que no merecemos estar esperando ni pendientes,
a pesar de haberme dado estos días lo más escondido,
haberme regalado tu "yo" profundo permitiéndome estar,
por hacerme hecho tal demostración de sentimientos.

Ahora sé que me quieres, más de lo que demuestras,
que no hiciste turismo emocional por mi corazón,
que realmente buscas un lugar a mi lado, donde quedarte,
quedarte a vivir lo que sea necesario y arriesgar.

Adoro tu manera de mirarme
tu modo de cogerme la mano, 
la manera de besarme, las caricias,
los sueños que provocas al cerrar los ojos.

Pero no te estaré esperando, aunque este ahí,
Me tienes, aunque no me tengas ahí,
voy a seguir viviendo, riendo, bailando y besando,
voy a seguir sonriéndole a mis espejos.

Te quiero, y es cierto, más de lo que pude pensar
pero mis conclusiones nada tienen que ver con lo que siento
tienen que ver con lo que hago, con lo que pienso,
difícilmente puedo sacarte ahora de mi corazón.

Y me tienes aquí para reír bajo la lluvia,
para hablar con las manos desnudas,
para acabar con los litros de cerveza,
para asaltar los puestos de pipas,
arrancar verbalmente las extremidades,
saciar la sed de nuestro deseo,
para hacer treguas donde paremos el tiempo
y dejemos atrás los silencios, y las conclusiones,
abrir espacios donde juntarnos sin más.

Pero no esperar no implica que no desee estar,
se puede estar y no esperar nada, 
se puede avanzar en la distancia,
se puede arriesgar sin decir ni una palabra.

Y es que adoro cuando nuestros labios se engazan
después de una larga ausencia,
cuando me dices que no podrías ser mas feliz
y me sonríes con esa delicadeza,
cuando hablamos como siempre hemos hecho
y nos decimos mil veces "te extrañé",
cuando me dices que no te mire así
pero es la única manera que sé de mirarte,
cuando de tu boca salen tras los besos
los te quiero y las palabras,
cuando me abrazas y me llenas,
te acurrucas en mi alma.

No sabemos que pasará mañana, 
yo por si acaso sigo asimilando y aprendiendo,
preparándome para el siguiente golpe,
la siguiente caricia, el próximo beso.



No hay comentarios:

Publicar un comentario