Que doloroso es amar
y
no poderlo decir.
Que
doloroso es amarte,
Sara,
por tu hermosura
que
no es mala arquitectura
la
que hizo dios en ti.
Que
doloroso es amarte
y
no te lo puedo decir
pues
sé que me puedo morir
si
te lo digo cualquier tarde.
Si
los ojos puse en tu cuerpo
no
fue por pecar de lujuria,
fue
más por mi furia
porque
necesitaba quererlo.
Yo
te vi y me enamoré
y
no por ello me avergüenzo,
es
más porque pienso
que
me has de aborrecer.
De odiarme a mar pudieras
porque serías mi felicidad,
pero
sé que hoy estarás
ocupada
en otras tareas.
No
me quiero despedir
sin
que puedas perdonar;
que
doloroso es amar
y
no podértelo decir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario