miércoles, 18 de junio de 2014

El regreso

Estos días han regresado esos ojos,
a mi memoria, y han llenado de sonrisas
los cajones y baúles de mi desván,
apartando las soledades,
inundando de palabras mis silencios,
saltando todo protocolo social.

Han abierto de par en par las ventanas
que te cerré años atrás,
han traído a esta mesa los recuerdos,
las fotografías, las músicas,
las cervezas frías, los bocados,
las caricias, las miradas a los ojos,
sin disimulos, los besos,
los fuertes abrazos del sofá.

Los paseos por Madrid
de Galileo a Libertad,
las tardes de primavera,
los conciertos, los nervios,
gritar a voz potente
que me quiero hacer
un apartamento en tu jersey,
los consejos ante mi caída,
los desprecios de ella,
el chantaje emocional,
el maltrato sometido y aceptado.


El regreso de tus ojos,
de tu sonrisa, de tus labios,
por los que enloquecí,
al menos un tiempo,
y por los que abandoné,
por miedo, esas músicas,
por los que huí sin decir adiós,
y que son a los que estos días
sonrío con cara de tonto
cuando veo las fotografías.

No te confundas, no,
esta vez no voy a enloquecer,
he madurado lo suficiente ya
para entender que una cerveza
es sólo eso, dos amigos mirándose
con ojos de deseo,
mientras ponen al día sus confidencias.

Un modo, amiga mía,
de descargar las mochilas,
derribar los muros
y airear las corazas,
cargar las fuerzas que nos faltan
y seguir avanzando el camino.

Pero los recuerdos los tengo
y ahí siguen como siempre,
y siempre es bonito recordarlo
sobre todo si hay un regreso.

Ambos hemos cambiado, seguro,
pero no tus ojos y tus labios
¿habrán cambiado los besos,
las miradas y los abrazos?
Espero el regreso



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