Yo te vi una tarde y me enamoré
y por ello nunca me arrepiento,
hacen ya cuatro años de ese momento,
doy gracias a la vida que te encontré.
Fue allí, septiembre, donde desperté
mientras pisábamos su pavimento,
Toledo fue enamoramiento,
en sus estrechas calles pétreas te amé.
Después siguieron mil lugares,
luces tenues, sabanas, noches cortas,
cambalaches, comidas, playas, mares,
algunas tardes largas y absortas
y en tus ojos claros estelares
donde con miradas me reconfortas.
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