martes, 29 de septiembre de 2009

El rincon secreto

Todos tenemos en nuestro corazón ese rincón secreto donde guardamos cada felicidad que vamos acumulando. Diversos rincones con diversas personas, diversos momentos, diversos grupos de gentes.

Rincones donde acumulamos las vivencias y que rara vez visitamos para desempolvarlos y volver a reír con aquella historia, o volver a ver los ojos de aquella persona, o recordar el primer beso de amor que nos dieron. Rara vez lo hacemos y realmente son nuestros tesoros:

"En un lejano país había un hombre que se dedicaba a acumular tesoros en los rincones de su sótano. Amulaba todo aquello que le gustaba, que le hacia feliz, que le causaba risa, emoción, escalofríos. Cada objeto, cada palabra, cada sonido y cada imagen la acumulaba en su propio rincón por orden de personas, sentimientos, lugares y momentos en el tiempo.

Las acumulaba pero no las visitaba, las dejaba allí cogiendo polvo mientras en su vivienda el hombre seguía buscando momentos acumulables y objetos de valor, recuerdos. Y cuando no los hallaba se encontraba en una gran tristeza.

Un día, hacia el final de su vida, decidió bajar al sótano, apenado por no haber vivido una vida plena, y halló que su sótano se encontraba abarrotado de todos los objetos que había acumulado durante años. Nadie sabia lo que guardaba porque a nadie se lo había contado.

Se sentó en el ultimo escalón, y sacudiendo el polvo empezó a desempolvar objetos, sentimientos, momentos que ya había olvidado. Y volvió a reír, a llorar, a amar, a vivir su propia vida. Y vio que no sólo la había vivido plenamente, sino que había sido feliz la mayoría del tiempo, pero nunca se acordó de bajar al sótano, desempolvar y darse cuenta de todo lo que llenaba su existencia.

El hombre murió, allí mismo, feliz, con una foto en la mano de la que había sido su mujer largos años, y rodeados de todos esos objetos, momentos y sentimientos que había ido guardando en su rincón secreto."

Así es nuestro corazón, un acumulador de momentos, sentimientos y vivencias, con diversos rincones secretos, y de vez en cuando deberíamos visitarlos, desempolvar y darmos cuenta que estamos viviendo la vida, que somos felices, que lo hemos sido, haciendo hueco para nuevas vivencias. No nos marchitemos pensando que somos infelices, nuestro corazón está lleno de cosas increibles que podemos volver a revivir

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