martes, 18 de agosto de 2009

Contigo aprendí

Contigo aprendí a quedar con carita de tonto,

a tragarme las lágrimas saladas,

a ver los suspiros en tus ojos.

 

Contigo aprendí lo que significa un beso,

a mirar mientras duermes

y a soñar mil veces despierto.

 

Contigo aprendí a llorar frente a un autobús, 

a reír solo en un andén

y a tener mariposas en un aeropuerto.

 

Contigo aprendí a respirar con otro pulmón,

a acabar las frases que no salen,

a agradecer el silencio de tus labios.

 

Contigo aprendí el placer de un sofá,

apreciar los muelles de la cama,

la oscuridad iluminada con una vela.

 

Contigo aprendí el orgasmo,

el placer de la siesta,

el gusto de unos labios.

 

Contigo aprendí que no debo estar solo,

que se cae el mundo si no estás,

que se pierde el color en tu distancia.

 

Contigo aprendí lo que era el mar,

los besos de sal,

el fin de una época.

 

Contigo aprendí y no enseñé nada,

contigo aprendí a no ser yo,

contigo aprendí a desvivirme,

a nacer de nuevo.

 

Contigo aprendí que de nada valen los sueños

si no los pudiera compartir a tu lado.

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